La fecha más tradicional del año se ha ido y es momento de levantar nuestra ofrenda, no sin antes encender la última veladora blanca y quemar un poco de copal, para así poder despedir a nuestros queridos difuntos y pedirles que vuelvan el siguiente año.
Después de esto, ya es momento de levantar nuestra ofrenda y pedir por las almas de nuestros difuntos, aquellos que seguimos extrañando y recordando con gusto, esperando volver a estar con ellos un día. Se levanta la comida y se dice que si la pruebas ya no tiene sabor porque ellos probaron su esencia y la pudieron disfrutar como cuando estaban vivos.
Ahora sí, a guardar todo y esperar la próxima festividad… Navidad.
TBDM 