Por: Fabiola Santillán – 12/noviembre/2025
Yo no estudio para saber más, sino para ignorar menos
Como saben, me encanta la literatura, los libros y todo lo que tenga que ver con este arte. Viajar y conocer bibliotecas o lugares emblemáticos donde vivió algún autor es, para mí, una forma de rendir homenaje a las palabras.

Hace unos meses viajé a mi amadísima Ciudad de México para pasar algunos días durante las vacaciones de verano. Aprovechando una estancia más larga, mi querida amiga Lupita nos llevó a Nepantla. ¡Sí, a Nepantla! A conocer lo que fue la casa de Juana Inés de Asbaje.
No hay mejor día para recordar esa visita que hoy, en la cual México conmemora el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, una de las figuras más destacadas de la literatura mexicana. En su honor también se celebra el Día Nacional del Libro. Esta festividad fue establecida por decreto presidencial en 1979, bajo la administración de José López Portillo, con el objetivo de promover la lectura y el conocimiento de la literatura mexicana.
Visitar Nepantla fue, sin duda, una experiencia conmovedora. En ese pequeño pueblo del Estado de México, donde nació la llamada “Décima Musa”, se siente un aire de historia y de inspiración. El pueblo de Nepantla, con sus calles tranquilas y su arquitectura colonial, es un lugar que parece detenido en el tiempo.

La casa de Sor Juana Inés de la Cruz, convertida en museo, es un testimonio de la vida y la obra de esta extraordinaria mujer. La visita a Nepantla fue una oportunidad para reflexionar sobre la vida y la obra de Sor Juana, sobre su contribución a la literatura y al gran legado de la lectura y la escritura, y de cómo estas pueden transformar nuestras vidas.
El Día Nacional del Libro, entonces, no es solo una conmemoración simbólica. Es una invitación a reencontrarnos con la lectura, a recordar que un libro puede expandir nuestro pensamiento, una oportunidad para reflexionar sobre el poder de la lectura y sobre cómo estas pueden transformar nuestras vidas.

Y quizás esa sea la esencia de este día: leer para seguir aprendiendo, para mantener viva la curiosidad y para honrar a quienes, como ella, hicieron de las palabras una forma de libertad y de expresión. Sor Juana Inés de la Cruz es un ejemplo inspirador de cómo la lectura y la escritura pueden ser una fuente de empoderamiento.
No se equivocaron al conmemorar el libro en este día, celebremos la bonita tradición literaria de México y honremos a quienes han hecho de las palabras una forma de arte y de transformación.




